Análisis de las principales patologías existentes en las estructuras de madera en edificios históricos de Cataluña
Históricamente la madera fue el material más utilizado para la construcción de estructuras resistentes (cubiertas y forjados) hasta bien entrado el siglo XX. Por este motivo, gran parte de las actuaciones de rehabilitación de los edificios históricos catalanes se realizan sobre estructuras construidas con madera, ya que es un material vivo, que si no se encuentra en unas condiciones ambientales óptimas y con un tratamiento preventivo adecuado según la zona donde se encuentre, puede sufrir alteraciones causadas por patologías bióticas, abióticas o, como cualquier otro material, puede tener deficiencias de origen estructural.
En las diagnosis realizadas, en diferentes puntos de la geografía catalana, las patologías encontradas son repetitivas y suelen ser producidas por deficiencias constructivas, como la falta de ventilación en cubiertas y en las cabezas de las vigas empotradas en los muros, o por deterioro o rotura de elementos que pueden ocasionar filtraciones de agua, tejas de cubierta y bajantes de agua, de manera que aumenta el contenido de humedad en la madera. Esto origina la aparición de patologías bióticas, que ocasionan el 90% de los daños en los elementos de madera estructural, siendo los hongos de pudrición y las termitas los que perjudican seriamente la estabilidad de la estructura, ya que degradan el material. En cambio los insectos de ciclo larvario, sólo deterioran unos milímetros de la superficie, lo cual no compromete la resistencia de los elementos estructurales, ya que además, en la mayoría de ocasiones los elementos de madera que forman la estructura están sobredimensionados.
Los forjados, que se construyen con vigas de madera cilíndricas o aserradas dispuestas paralelamente sobre los muros portantes, suelen estar en buen estado, encontrando algún ataque de carcoma (Anobium punctatum) y alguna pudrición cúbica en las zonas de baños y cocinas, que dan al patio de luces. En cambio, los forjados de los sótanos se encuentran en peor estado de conservación, donde la acumulación de humedad, oscuridad y tranquilidad favorecen el desarrollo de hongos, la presencia de coleópteros e incluso el ataque de termitas (Reticulitermes lucifugus).
Las cubiertas, que se establecen con cerchas o como forjados inclinados, formados con troncos de árboles descortezados o vigas de madera aserrada, apoyadas sobre muros de carga, presentan un mayor número de pudriciones por la acumulación de humedad, ya sea en los empotramientos con los muros o en las zonas en las que hay presencia de goteras, ya que debido a la mala ventilación de estas zonas la humedad persiste en la madera. También hay ataques más severos de anóbidos y cerambícidos (Hylotrupes bajulus), pues las pudriciones y la humedad favorecen la proliferación de estos insectos.
A pesar de las deficiencias encontradas en la madera y el tiempo que llevan construidos los edificios inspeccionados, las estructuras conservan las propiedades de sustentación, ya que los elementos de madera, de gran parte de las edificaciones, tienen unas dimensiones mayores a las necesarias. Para solucionar estas deficiencias se debe asegurar la inexistencia de filtraciones directas de agua, en cubiertas y zonas de bajantes de agua, y mejorar la ventilación de la madera; sanear mecánicamente las partes afectadas por la carcoma y aplicar posteriormente productos insecticidas-fungicidas preventivos-curativos, además de sellar las grietas, dificultando la puesta de los insectos xilófagos. En el caso de que el elemento de madera esté muy deteriorado, se debe sustituir por otro de madera tratada o recuperar la geometría perdida de la pieza mediante la implantación de prótesis con resinas epoxi.
Resumen del artículo “Análisis de las principales patologías existentes en las estructuras de madera en edificios históricos de Cataluña” presentado por Vilches, M.; Rodríguez, V.; Labernia, C. al 1er Congreso Ibero-LatinoAmericano de la Madera en la Construcción, 2011